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Limyaael 283 Fantasía brutal

Autor: Limyaael

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

Corrección: Jacqueline Chávez Bouza

Ah, aquí estamos.

Así como con la diatriba sobre la fantasía transformativa, aquí estoy definiendo básicamente un subgénero. Como con la fantasía transformativa, es un subgénero que me gusta, y uno que en el que caen muchos libros de fantasía que adoro. Esto significa que hablaré incoherentemente.

Me gusta, mucho. Así que esta no es como otras las diatribas hasta ahora, sino una larga, larga serie de incoherencias.

¿Qué significa la fantasía brutal en este contexto? Por supuesto, cualquiera y todos los significados de las palabras que puedas pensar.

1) Todos los aspectos de la ambientación enterrados, la trama, la caracterización y la temática, actúan en la línea argumental.

A veces los autores de fantasía andan a tientas o evaden la trama. Esto ocurre primeramente cuando la línea argumental es nublada por su propia carencia de acción. El autor podría aspirar a tener una gran escena, pero yace al otro lado de doscientas páginas necesarias, pero aun así, aburridas. Lo segundo ocurre cuando el autor sabe que, realmente, debería tomarse el tiempo para lidiar con uno de los aspectos de la trama, pero cede ante la tentación de saltárselo, debido a que quiere llegar a esa gran escena.

Una fantasía brutal completamente comprometida nunca va a tener un problema con la primera. En el momento en que la línea argumental se vuelve aburrida, el autor solamente necesita sacar la mano y tocar las trampas afiladas escondidas en el suelo, el aire, los personajes menores, los personajes secundarios, los señores nobles, los viejos rencores que llevan las personas, la tecnología, las estaciones, las heridas del protagonista, la magia, la historia antigua, la historia cercana, la muerte de alguien al comienzo de la historia, los países más allá del océano, el sistema de clases, la moneda, las casas… ya coges la idea. Una gran parte de escribir la fantasía brutal es ver el potencial mortal que yace en cada diminuta parte del mundo de fantasía. Una vez que te acostumbras a eso, no tendrás escasez de cosas desagradables que tengan sentido, boqueo impactada y asombrada, debido a que las pusiste allí. (Y entonces obtienes la diversión de construirse los unos sobre los otros. Ver punto 3).

También significa nada de evasivas o tan pocas como sea posible. Tus personajes están moviéndose temprano en la primavera, intentando cruzar un río. Antes has mencionado que el río fluye desde las montañas, y entonces el invierno fue inusualmente pesado. Necesitas eso para la subtrama sobre el comercio en el río, y debido a que usaste el invierno para darles a tus personajes un mal momento. Ahora, no puedes pretender que es un pequeño riachuelo. Estará inundado y agitado con la nieve derretida. Una vez que has introducido problemas dentro de una fantasía brutal, atente a ellos y a todas sus consecuencias.

Sí, incluso en esos momentos en que más duelen. Quizás, especialmente más en los momentos que más duelen.

2) No hay nada de acobardarse en el último momento.

Odio los momentos de “¡Te atrapé!,” que están allí donde el autor ha pasado por una gran cantidad de trabajo para construir la preocupación, tensión o suspenso en el lector…

Y entonces los disipa en una explosión de humo. No es un rescate o escape grande y atrevido; no es el héroe usando su ingenio para derrotar al villano; no es el protagonista teniendo un plan diferente del que todo el mundo pensó que tenía. Es un rescate o un escape tonto; es el villano encogiéndose ante el héroe sin una lucha; resulta que el plan depende de una coincidencia o un deus ex machina.

Con la fantasía brutal, el permiso para acobardarse desaparece. Eso significa que estás “condenado” (encuentro mi libertad más grande en escribir de esta manera) ya sea pensando en una fuerte manera de terminar la tensión, o dejándola desenvolverse. Si no puedes pensar en una forma sensata de que tu héroe pueda escapar de ser mutilado –si el único escape que puedes pensar dependería de que, digamos, el villano actúe repentinamente muy estúpido y fuera del personaje–entonces el héroe es mutilado.

Todas las consecuencias deben ser mostradas. Cualquier intervención autoral que ocurra debe ser sutil, cuidadosa y tan ingeniosamente jugada que nadie la tomará como una intervención autoral. No dependiente de las convenciones del género; de hecho, las mejores fantasías brutales son las que invierten viciosamente las convenciones del género, como masacrar a los protagonistas justo cuando pensaban que estaban seguros, deben estar seguros, debido a que son los protagonistas. (George R. R. Martin usa esta mucho).

Este es, obviamente, el terreno de juego de mucha tragedia, dolor (ver punto 5), y un compromiso autoral de seguir lo que ha prometido. Así sea. Prometiste gran tensión, entregas una conclusión que encaje con la tensión.

3) Las consecuencias se expanden como una tormenta.

A menudo las fantasías brutales no tienen una trama principal con pequeñas subtramas orbitando a su alrededor. No hay una persona que es claramente más importante que todos los demás e intocable. No hay un área desde la cual se esparcen las acciones en anillos concéntricos, sin ningún anillo regresando para tocar esa área. No hay una línea clara de consecuencias: “Si A, entonces B, entonces C, entonces D…” Es más bien, “Si hubiera existido A, entonces B como un resultado de A y un C pre-existente, y D, E, F y G como resultado de B, y H e I como un resultado de D, E y F, y A alterada como un resultado de todas ellas…” Sus tramas se mueven en múltiples direcciones y se vuelven más complejas y dolorosas a medida que avanzan. No hay una solución desde arriba, ningún rescate de un rey antiguo regresando a la vida, los aliens del espacio o ejércitos del otro lado del océano. Las soluciones tienen que venir de los personajes dentro de la situación, y lo más probable es que hagan las cosas peor. De hecho, deberían.

Un análogo del mundo real podría ser la revolución francesa. No solo surgió de la debilidad de la monarquía. También surgió del sistema de clases, la pobreza intensa, la hambruna, la Iluminación, la Revolución Americana, las relaciones de Francia con los países a su alrededor, etcétera, etcétera, etcétera. Y no floreció en medio de un paraíso quieto y pacífico. Corrió sangre y en muchos más lugares que Francia; sucedió la Revolución Haitiana, las guerras napoleónicas y muchas más guerras y revoluciones que le siguieron.

Ciertamente hay otros ejemplos. Estoy usando este porque resulta que es el más conocido, y estoy segura de que hay factores que he olvidado que pensarán las personas leyendo esto.

Un mundo de fantasía, la creación de un autor, es por necesidad, menos complejo que el mundo real. Pero un autor de fantasía brutal debería hacerlo tan complejo como sea posible, tener en cuenta tantos factores como sea posible, sabemos cómo varias instituciones y grupos reaccionarán las unas con las otras y cuando, de acuerdo a nuestros relojes y lógica interna, (no solo cuando es más conveniente para la trama), y en que direcciones se expandirá cuando se alce. Y entonces el autor pasa a través de ello, todo ello.

4) No hay escasez de pasión –ni del autor, ni de los personajes en cualquier lado.

He caminado dormida a través de algunas novelas de fantasía debido a que al autor parece no importarle, ni lo hicieron los personajes en uno o más lados. Los villanos actúan estúpidamente, los agujeros de la trama sangran, el autor estaba interfiriendo de manera  abierta para preservar la vida del personaje o invertir una regla que anteriormente había establecido como absoluta, los héroes logran reconciliaciones, romances, el trono, sanación psicológica sin ningún esfuerzo, y cada momento que debería haber sido grande y romántico termina como un cliché.

Las novelas de fantasía brutal deben estar vivas, cada pulgada y cada parte de ellas. Los personajes menores tienen que tener vidas, deseos, objetivos, odios y amores. (Ver punto 6). Los héroes y los villanos –y pienso que la mayoría de las novelas de fantasía brutal no van a tener a esos, como mucho, personas que tienen objetivos diferentes–tienen que moverse y actuar con ánimo, energía y de acuerdo con sus propios relojes y lógica interna. Los grupos no van a obedecer los estereotipos convenientes. Las personas tienen que tener una razón para ir tras un objetivo con todo su corazón, no van a vacilar debido a que el autor necesita que lo hagan. Debido a que de cualquier manera las novelas de fantasía brutales van a ser complejas y llenas de consecuencias, no vas a tener una escasez de ocurrencias para que trabajen las personas.

Este quizás es el lugar donde la fantasía brutal difiere de la mayoría de los subgéneros. Aquí no tienen lugar los héroes o gobernadores reluctantes (estoy tan cansada de los héroes y gobernantes reluctantes), los personajes que existen solo como sombras del protagonista, los personajes tipo. Son pastos y nada más. Las novelas de fantasía brutal los despedazarán o los martillearán hasta convertirlos en personas que desarrollan inteligencia, voluntad, objetivos y el color para sobrevivir. Una vez más, eso es debido a las consecuencias. Si alguien hace algo que causaría que sea herido o muera debido a lo que está sucediendo a su alrededor y que ha sucedido anteriormente, entonces es herido o muere; no hay una dispensa especial.

5) Una de las muchas temáticas es el dolor.

En otras palabras, “Hijo de puta, está este mundo jodido.”

Esto no significa que las otras novelas de fantasía no manejen el dolor o el sufrimiento. De hecho, algunas veces esa es una de las temáticas más importante del libro. Pero a menudo no maneja el estar jodido de una manera completamente abierta. Hay una claridad moral subyacente al mundo de fantasía (en especial en la alta fantasía, la cual pienso que es una de las razones por las que me he convertido en alérgica a ese subgénero). También hay un sentido confortante de que, sí, al final del día, los villanos serán castigados, los héroes triunfarán y sanarán, debido a que esa es la manera en que son las cosas, debido a que lo merecen. El autor realmente puede hacerles pasar trabajo antes de que triunfen, pero a menudo no hay ninguna duda real de que el triunfo está llegando.

La fantasía brutal no hace esa promesa. Quizás sobrevivirán. Quizás no lo harán. Quizás los villanos morirán, quizás incluso morirán en la manera en que quieres que lo hagan y quizás ni siquiera morirán.

El universo de la fantasía brutal no es realmente inmoral. Es amoral. Y lidia con las muchas, muchas maneras en que los humanos, o criaturas similares a los humanos, se las han arreglado para joder las cosas.

Eso está bien. Las personas lo joden todo, nada de males o dioses ancestrales que están lanzando destrucción en reinos sin culpa o algún desastre natural. Pueden sumarse al daño, pero no pueden ser la única causa de ello. Si estamos jugando al juego de las culpas, el cual es, desafortunadamente, el conjunto de términos que muchas novelas de fantasía consiguen –los autores se obsesionan con de quien es la culpa de algo–sino la culpa de todo el mundo.

Y ahora muestra como lo van a arreglar. No pienso que las novelas de fantasía brutales son hostiles con la esperanza. Pienso que la esperanza, como el estar jodido, tiene que venir del interior del mundo, no de fuera. Así que pienso que las novelas de fantasía brutales son hostiles a las panaceas universales, tales como a menudo es presentado el cumplimiento de una profecía.

6) El negro, blanco y el gris es una paleta demasiado limitada.

Seguro, habrá personajes que son brillantes y personajes que son oscuros, personajes que están éticamente mezclados a los ojos de cada autor, e incluso más en los de los lectores. Pero, ¿dónde están el azul, el púrpura, el naranja, el amarillo, el rojo y el verde? ¿Dónde están el índigo, el bronce y el castaño rojizo?

Nuevamente, aquí el autor se mantiene fuera de intervenir o hacer algún juicio, y hace a las personas el producto de sus medioambientes y su caracterización anterior. El protagonista podrá hacer algo que el lector percibirá como equivocado. Pero ningún coro angelical vendrá para meterse y confirmar su impresión, y otro lector puede discutir con él, y las acciones del personaje deberán ser mostradas como deberían ser, como la historia debería hacer que actúen, más que el autor guiándolos en una dirección que confirma algún juicio moral exterior. Los personajes de la fantasía brutal serán ciudadanos de su propio mundo, no ciudadanos trasplantados del siglo XXI. Tendrán vidas completas, no simplemente castigos y recompensas.

Notarás que la fantasía brutal depende ampliamente de personajes por completo realizados. Sin ellos, no van a pertenecer a este subgénero.

7) El autor es habilidoso al describir la fealdad y el caos así como también describe la belleza y la grandeza.

Encuentro que esta es una habilidad descuidada. Muchos autores de fantasía primero se rompen sus dientes en las descripciones de los palacios y los brillantes caballos blancos y las arrolladoras praderas verdes, y quizás eso explica algo de esto. Mientras conocen cinco sinónimos para “azul” y como describir la coronación del héroe desde cada ángulo, las descripciones de la guerra son traspasadas a los usuales “ojos fijos” y la “sangre.”

Esto no es bueno, en especial si la parte de tu punto es mostrar las dificultades de la guerra y que de cualquier manera sus personajes cargan directo hacia una, pero también debido a que el autor está perdiendo la mitad de sus tajadas descriptivas.

Esta es un área donde pienso que Tolkien brilla. Mordor es un lugar desagradable, desagradable. No querrías vivir allí. Ni siquiera quieres visitarlo. Aquí las descripciones púrpuras felpudas deberían ser inapropiadas y en vez de eso los pasajes tienen dientes.

Práctica la escritura con la fealdad, con el lamento, con el dolor. Ayudará con las emociones de los personajes así como también con las descripciones del escenario.

Algunas de las fantasías brutales que me gustan –especialmente la saga de Canción de Hielo y Fuego, de Martin–es golpeada con etiquetas como “depresiva” y “horrible”. Pero ese es el punto de no acobardarse, de impresionarse ante la tormenta de mierda y entonces enfrentarla, de usar dilemas en vez de imaginar una manera para salir de ellos. Allá fuera hay mucha fantasía orientada hacia el confort y la felicidad. Pienso que este subgénero también merece un lugar.

Otras novelas de fantasía brutal:

  • Las monarquías de Dios, de Paul Kearney.[1]
  • Los libros de Rai-kirah, de Carol Berg, especialmente el segundo (Revelación).
  • Firethorn, de Sara Micklem
  • La compañía negra, de Glen Cook, especialmente Ella es la oscuridad[2]

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[1] Una de las mejores sagas de fantasía épica realista que he leído.

[2] Nah, aquí, como fan de la saga, debo admitir que es uno de los peores libros y más aburridos de la saga. El clavo de plata o Sombras fluctuantes están mucho mejores y oscuros.

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2 comentarios sobre “Limyaael 283 Fantasía brutal

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