
Por: Angela Ackerman & Becca Puglisi
Traducción por: Celia M. Adán
DEFINICIÓN: intoxicación; estado de euforia o estupefacción, generalmente causado por el alcohol.
Señales físicas:
- Bambolearse al caminar.
- Voz enredada.
- Risitas, risas excesivas.
- Agitar los brazos en cámara lenta.
- Mala coordinación manos-ojos.
- Mala percepción de la profundidad (tropezar con obstáculos, calcular mal dónde está la silla al sentarse).
- Bailar o celebrar en exceso.
- Gritar, vociferar y maldecir.
- Expresar pensamientos sin filtrarlos.
- Reaccionar de forma exagerada.
- Malinterpretar las emociones de los demás.
- Caer sobre las personas, chocar con los objetos.
- Agarrarse a la pared al caminar.
- Dar pasos arrastrando los pies.
- Caminar o correr dando tumbos.
- Encorvarse.
- Acercarse demasiado a las personas, perder sentido de espacio personal.
- Aumentar los toques mediante movimientos y gestos.
- Una postura relajada.
- Derramar comida o bebida.
- Inclinar lentamente la cabeza.
- Comer de forma descuidada.
- Cerrar los ojos.
- Oscilar el cuerpo de un lado a otro para encontrar el equilibrio.
- Inclinarse, ponerse de pie o sentarse en ángulo.
- Sudar.
- Hablar demasiado alto.
- Ojos que brillan o se iluminan.
- Lentitud de reflejos.
- Parpadear rápidamente para concentrarse en algo.
- Aliento etílico.
- Facilidad para la camaradería (abrazar, tocar), incluso con desconocidos.
- Hablar demasiado o interrumpir a los demás.
- Hacer bromas o cometer pequeños delitos por diversión.
Sensaciones internas:
- Visión de túnel.
- Náuseas.
- Sensación de que la habitación da vueltas.
- Sensación de hormigueo o confusión en el cuerpo.
Respuestas mentales:
- Un deseo de socializar, hablar e interactuar con los demás.
- Disminución de la sensación de espacio personal.
- Asumir riesgos.
- Falta de juicio.
- Una sensación de coraje; sentir la necesidad de actuar.
- Perder la noción del tiempo.
- Aumento de la agresividad.
- Pasar por alto o malinterpretar las señales negativas del lenguaje corporal.
- Reacciones y respuestas lentas.
- Pérdida de inhibiciones.
- Aumento de la sensación de parentesco y afecto: “¡Te quiero, mi socio!”.
- Inmune a la vergüenza.
- Creer que uno es más encantador o inteligente de lo que realmente es.
- Asumir que todos los demás están igual de ebrios.
Indicios de embriaguez prolongada:
- Colapso.
- Bostezar, quedarse dormido, desmayarse.
- Vómitos.
- Desmayos.
- Intoxicación por alcohol.
- Pérdida de control de la vejiga.
Indicios de embriaguez reprimida:
- Insistir en que uno está sobrio o bien.
- Intentar demostrar la sobriedad (caminar en línea, tocarse la nariz).
- Forzar los ojos al máximo.
- Desviar la atención: “Él está mucho más borracho que yo.”.
- Evitar el contacto visual.
CONSEJO PARA EL ESCRITOR: Dependiendo de la rapidez con la que el hígado metabolice el alcohol, los síntomas de embriaguez variarán de una persona a otra. El peso, la química corporal y la genética también son factores que influyen en la tolerancia del cuerpo al licor. Como el alcohol tiene afinidad por el agua, las personas con más tejido graso suelen tardar más en alcanzar el pico de alcoholemia.
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