Reseña a La espada rota, Poul Anderson

Pocas cosas en el mundo son más aterradoras que una mujer que ansía venganza, más, si dicha mujer es una bruja pagana y vives en el Medioevo. Orm el Fuerte, un guerrero vikingo que en sus andanzas mató a los hijos de la bruja es el objetivo, en especial ahora que ha sentado cabeza y se ha convertido al cristianismo para así poder casarse con la bella hija de un terrateniente. Todo parece ir bien, pero la bruja ha estado esperando en su cabaña que la oportunidad de venganza llegue e Imric, el señor elfos es lo que necesitaba.

A Imric, un inmortal no puede importarle menos el destino de los mortales ni sus venganzas, pero cuándo aquella bruja le dice que el primogénito de Orm el Fuerte todavía no ha sido bautizado ni por los Ases ni por el Cristo la tentación de robarlo es demasiado grande. Montado en su caballo galopa raudo hacia su castillo, directo a la mazmorra dónde tiene encerrada desde hace siglos a la princesa de los trolls. Tras copular con ella y realizar un ritual pagano esta pare un ser sin alma idéntico al primogénito de Orm. La noche se vuelve tormentosa, pero eso no impide que regrese a la granja y realice el cambio, sin que la madre de la criatura note el cambio.

Es la primera vez en cientos de años que los elfos, desplazados por la llegada del Cristo obtengan un niño mortal y sin bautizar, a quién, con alegría, incluirán dentro de su mundo. Sin embargo, tarde se dará cuenta Imric, que su ahijado, a quién ha decidido llamar Skafloc es objeto de atención de los Ases, quiénes, le regalan a Tyrfing, la espada maldita que traerá la muerte de quién la empuñe y anuncia la llegada del Ragnarok. Pero Imric ignora tales presagios, ocultando la espada y dándole una educación élfica al muchacho que crecerá para convertirse en el mayor guerrero elfo en tierras inglesas.

Paralela a la vida de Skafloc se desarrolla la de Valgard, idéntico en cuerpo al primogénito de los Orm, pero vacío de alma y humanidad. Por su interior corre una vena cruel que lo convierte en alguien peligroso y hosco, pero a la vez duro y buen guerrero. Sus habilidades cómo vikingo lo han hecho famoso por todas las costas de Dinamarca y ha atraído a su tripulación a la escoria de la sociedad, de quiénes, el, sin duda es la más grande.

Los años han pasado y la ira de la bruja no ha quedado satisfecha, Orm ha tenido otros cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, cuya vida transcurre en felicidad y no puede soportar tal cosa. Por eso ha hecho un pacto con aquel que es todo maldad entregando su alma a cambio de acabar con todo el linaje del asesino de sus hijos.

Un día, Ketil, segundo hijo de Orm sale a cazar y en la persecución de un siervo se adentra demasiado en el bosque, encontrando al llegar la noche la casa de una esplendorosa mujer que con sus ansias carnales lo atrapa. La ausencia de dicho hijo provoca que Orm y su familia partan a buscarlo, siendo Valgard quién lo encuentra y hechizados por el deseo termina matando a su hermano.

A partir de este momento, la bruja le relatará a Valgard la verdadera historia de su origen, provocando con su ira una venganza que acabará involucrando a trolls, elfos, los dioses nórdicos, el amor prohibido de Skafloc y todos los elementos que componen una gran tragedia.

La espada rota es la segunda novela que leo de Paul Anderson y un clásico que hacía tiempo venía posponiendo. Lo cierto es que mi reticencia a leer novelas contadas con el estilo de las viejas sagas nórdicas evita descubrir pequeñas joyas literarias de la primera gran época de la Fantasía.

Esta novela, es definitivamente uno de esas joyas. Poul Anderson logra en La espada rota, recrear el estilo de las sagas nórdicas y sus argumentos, evitando al mismo tiempo, el lenguaje arcaico. Otro elemento que me gustó mucho de esta novela fue el hecho de que Anderson mantuviera a sus elfos fieles a las tradiciones nórdicas, algo que hoy en día ha sido casi por completo olvidado debido a la gran influencia de los elfos tolkienos.

Otro elemento que me agradó leer, es que la novela es una tragedia con todas las de la regla, lo cuál convierte a esta novela en una completa rareza dentro del género, dónde los finales felices siempre están a la vuelta de la esquina. Una tragedia dramática, pero llena de acción, los personajes seguirán adelante a pesar de conocer que su destino será funesto y los dioses, quiénes los consideran peones hayan decidido sacrificarlos.

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