Qué comían los reyes y qué bebían los magos 10, Krista D. Ball

Comidas que sanan

“Alimenta un resfriado, mata de hambre a una fiebre.”

-Consejo de salud de la Edad Media.[1]

Contenido del capítulo

  1. La esposa sanadora
  2. La partera y la enfermera
    1. Aborto
  3. Boticarios y chamanes
  4. Aprovisionando el botiquín
    1. Miel
    2. Cataplasmas y emplastos
    3. Pomadas
    4. Alcoholes fuertes
    5. Infusiones de aceites y agua
    6. Medicinas preelaboradas

La medicina verde tiene una larga y distinguida tradición que se alarga tanto como nuestra existencia. Desde el momento en que un ser humano tuvo un dolor de muelas o un desgarro muscular, han estado intentando encontrar formas de curarlos. Los doctores brujos, doctores, curanderos, vendedores de aceite de serpiente, compañías farmacéuticas, chamanes, pastores, cirujanos, mujeres sanadoras y parteras. Como quiera que han sido llamados, hay personas que dieron un paso adelante para encontrar formas de sanar a los demás (o convencer a las personas que los estaban sanando).

La medicina moderna se mofa de las tradiciones de parto como poner un cuchillo bajo la cama para asustar a los espíritus y demonios. El embarazo es una condición médica que debe ser tratada en un medioambiente estéril. Los defensores de la medicina tradicional proclaman que el ajo y la orina limpian las heridas y detienen la infección, mientras que las enfermeras se desmayan ante la noción y demandan antibióticos, agua limpia y vendas.

Uno de los desafíos de escribir medicina en libros históricos y novelas de fantasía es que estamos combinando nuestro conocimiento actual (el cual puede o no puede ser correcto) con una versión desmantelada de la medicina. A menudo, al hacerlo, los escritores pierden el sentido por el que tales procedimientos fueron siquiera considerados: intolerancia, sexismo, creencias religiosas y una carencia de tecnología.

Antes de la medicina socializada, la cual todavía no es una realidad en muchas partes del mundo, las personas tenían que pagar por los doctores y el consejo médico era costoso. Henry VIII empleaba cirujanos, médicos y farmacéuticos debido a que podía permitírselo; el campesino promedio nunca podría permitirse que el doctor pasara por su casa (asumiendo, incluso, que el individuo se rebajase a sí mismo a visitar un mero campesino).

A menudo las mujeres adoptaban el papel de sanador. Algunos sugieren que esto era debido a que estuvieron asociadas con la partería durante la mayor parte de la historia humana, mientras que otros creen que es debido a que a menudo las mujeres son consideradas una extensión de la Madre Tierra. En tanto otros creen que era debido a que la mujer ya estaba en la cocina, así que para ella no era ningún esfuerzo preparar cataplasmas y bálsamos. Las teorías relacionadas con esto están más allá del alcance de este libro, pero el desarrollo de tales preguntas no está fuera del alcance de una novela de fantasía.

Tés medicinales

  • Té de la planta de labrador: dolor de garganta y resfriados. Usado para calmar la diarrea y los dolores estomacales.
  • Té de cedro rojo: dolor de garganta, tos, resfriados. Usado para ayudar a inducir el parto.
  • Té de frambuesa: Evita el aborto y reduce los dolores de parto.
  • Té de diente de león: Ayuda a prevenir el escorbuto (cuando es hecho de las hojas). El té hecho de las raíces es una laxante moderado.
  • Té de la baya común de las nieves: ayuda a deshacerse del príncipe y otros objetivos de importancia. Son los fantasmas de las bayas de Saskatoon y, por tanto, pertenecen al mundo espiritual. Los vivos nunca deberían comerlas. A menos, por supuesto, que haya un principito en tu camino. En ese caso, déjalo que beba hasta que se sienta satisfecho.

¿Las mujeres tendría en tu novela de fantasía el papel carente de educación del sanador, mientras que los hombres se encargan del mundo de la ciencia y, por tanto, provocando un conflicto de género entre lo científico y lo mundano? ¿La magia tomaría el lugar de la ciencia, haciendo innecesarios a los doctores? O, ¿se enfrentarían los sanadores mágicos y la ciencia?

Estas son el tipo de preguntas que puedes responder en tu propia obra. Incluso te doy permiso para mendigar, pedir prestado y robar de este libro para desarrollar nuevas ideas y conflictos para tu ficción. Sin embargo, para hacer que comiences, he aquí algunos de los tipos más comunes de sanadores y cómo usan las plantas medicinales.

La esposa sanadora

Tu heroína ha despachado exitosamente al escuadrón que ha sido enviado a perseguirla durante dos semanas. Recibió una herida en la pierna durante el conflicto la cual ha estado supurando pus durante días. No importa cuanta cerveza débil beba, no puede quitarse el dolor y el hedor de la herida es insoportable.

No puede permitirse un doctor. O, quizás está aterrada de que le amputen la pierna. O, quizás todos los doctores la están buscando debido a que es una sanadora femenina y otro sanador sería capaz de identificarla. Cualesquiera sean sus motivos, termina en la puerta de una familia pobre. El esposo ayuda a llevar a la heroína a la pequeña cama que comparte con su esposa.

La mujer, yendo en contra de todo el conocimiento médico convencional, debido a que aprendió la técnica de otra mujer, limpia la herida para deshacerse del olor y saca de ella las rocas y guijarros. La salpica con alcohol y la heroína se desmaya de inmediato. Incluso entonces, la herida puede ser mantenida limpia usando miel, de la misma forma que la usaron los grandes doctores con el rey Henry V después de la batalla de Shrewsbury cuando fue herido.

Entonces, nuestra esposa ordenará a sus hijas más jóvenes que busquen algo de romero para comenzar a destilarlo, así como también tela para una cataplasma y montones y montones de agua hirviendo. Va a ser una larga noche de sanación.

Muchas familias confiaban en las esposas para lidiar con los dolores diarios y de la servidumbre. Un doctor era muy caro y sólo era convocado por los más pobres en circunstancias extremas (y, algunas veces, ni siquiera entonces era llamado). La esposa confiaría en las plantas de su jardín u objetos recolectados o preparados por ella misma. Ella podría usar alguno de estos remedios.

  • Abeto en polvo y agujas de abeto rojo mezcladas con grasa animal para las heridas abiertas y las infecciones.
  • Té de baya de enebro para detener el sangrado y reducir la hinchazón (como una nota al margen, también evita que te quedes embarazada… o seguir embarazada).
  • Capullos de rosa como una forma de evitar el escorbuto.
  • Arándano rojo para tratar las infecciones de la vejiga.
  • La cebolla salvaje era usada como un tratamiento antibacterial, antiviral, antifúngico.
  • Té de corteza de sauce para reducir la inflamación.
  • Té de hoja de fresa para tratar la diarrea.[2]

El deber de la esposa sanadora de asegurar la salud de aquellos a su cargo era una parte de sus actividades básicas. Al igual que en la actualidad, algunas personas no confiaban en los doctores y sólo aceptarían tratamiento de sus esposas u otras mujeres locales.[3]

No todos estaban de acuerdo. Personas como Gervase Markham, escribió en el siglo XVII que creía que el “arte de lo físico” (atención médica) estaba “más allá de la capacidad de la mujer más habilidosa.” Sin embargo, estaba deseoso de admitir que las amas de casa podían aprender “algunas reglas y medicinas ordinarias” de los doctos profesores de medicina, asistiendo, por tanto, tanto a su familia de forma general y sin lanzar una mala imagen sobre la profesión médica como un todo.[4]

La partera y la enfermera

La partera tuvo varias posiciones a lo largo de la historia y, a menudo, todas al mismo tiempo. Incluso hoy, algunas personas miran a las parteras con sospecha, mientras que otros ven los servicios de una partera como un derecho de atención sanitaria. De hecho, mi propia provincia incluyó la partería como parte del cuidado sanitario universal ofrecido, aun así, muchas personas comentaron que nunca usarían una partera debido a que sería algo anticuado. Agrega a esa paradoja moderna el miedo de que las mujeres se involucraran en la medicina y la ciencia y salpícalo con una dosis saludable de misoginia y fervor religioso y la partera se convierte en una criatura muy sospechosa.

Las parteras no usaban la ciencia y medicina popular. No usaba dispositivos eléctricos conectados a las sienes, ni meramente se paraban al lado de una mujer y les preguntaban después del parto cómo se sentía. Ella tocaba, examinaba y miraba. A menudo, su cuidado era más gentil que el de la ciencia médica.

La partera podría haber desechado conceptos como los humores y el desarrollo espontaneo de las infecciones y, en vez de eso, se hubiera centrado en intentar mantener caliente, limpia y segura a la nueva madre. Un doctor podría no presenciar físicamente un nacimiento, confiando en telas y cubiertas para que así nunca viera al bebé emerger del útero de la reina (y, por tanto, nunca notar la hemorragia hasta que fuera demasiado tarde), mientras que la partera habría visto la sangre y habría aplicado compresas frías e hierbas para ralentizar el sangrado.

Es difícil decir cuántas parteras existieron en la Edad Media, o cuántas estaban ejerciendo. Los registros oficiales entre los siglos XII y XV muestran que el 1,5% de los expertos médicos en Francia eran mujeres, con un 1,2% en Bretaña e Italia. Aun así, en la Edad Media la partería era una actividad completamente femenina, existieron en grandes cantidades y se les confiaba algo más que el parto. A las parteras confiables, a menudo las mujeres más ancianas de la comunidad, podía dársele la responsabilidad de confirmar la virginidad de las posibles prometidas o, en un tono más triste, el examen de las chicas que habían sido violadas.[5]

Así que, ¿por qué hay un conflicto entre la realidad y los registros oficiales? Desconfianza, misoginia, la medicina como un dominio masculino (lo cual supongo está cubierto con la misoginia), creó presiones importantes entre los hombres educados en la profesión médica establecida y los grupos sin organizar de mujeres y aprendices sin educación. Este conflicto puede darle vida a cualquier escena donde una heroína joven necesita los servicios de una partera.

Aborto

He encontrado un montón de reacciones interesantes a mi obra y he tenido una buena cantidad de comentarios y quejas de personas excéntricas. No hay un autor publicado que no las haya tenido en algún punto. A menudo los autores dicen que realmente no lo has logrado hasta que alguien se toma el tiempo para bloguear sobre cuán horrendo es tu libro. Pero, no hay nada parecido a recibir correos electrónicos que hacen que te quedes con la boca abierta. Para mí, esos correos electrónicos son sobre el aborto.

En una de mis novelas de fantasía épica, un personaje tiene un aborto. He obtenido un montón de comentarios odiosos por eso. No eran debido a las políticas sobre el aborto; estaba preparada para eso. Eran sobre que el aborto es una creación moderna y, por tanto, es “anacrónico.” Me impactó. Era uno de esos hechos que sencillamente asumes que todos saben. Al estilo de, ¿realmente piensan que la larga lista de comidas que las mujeres embarazadas no pueden comer era sólo para irritarlas?

Así que para esas personas, tengo un anuncio muy impactante: el aborto ha estado ocurriendo durante mucho, mucho tiempo y la comida estaba relacionada.

Asistí a Introducción a la Antropología en mi primer año de universidad. Ya no recuerdo el nombre del profesor, pero recuerdo cuando habló sobre el papel del aborto y el control natal en los grupos de recolectores cazadores. Asumiendo nacimientos sencillos, una mujer es capaz de dar a luz a tres niños cada dos años. ¿Cómo funcionaría cualquier grupo nómada si sus mujeres tienen que cuidar tres bebés?

Las tribus nómadas tienen menores tasas de nacimiento que las comunidades agrarias debido a que los niños son un retraso. (En las comunidades agrarias los niños son un activo debido a que pueden trabajar la tierra). Como máximo, las mujeres sólo podían llevar dos bebés al mismo tiempo, y durante los dos primeros años tendría que llevarlos cargados todo el tiempo. [6]

Los georgianos y los victorianos trajeron el concepto de “yacer,” cuando una madre primeriza y en un estado muy avanzado de embarazo sería encerrada en su habitación durante un mes para asegurar de que no enferme y muera. Sin embargo, este era un lujo para la clase alta. Durante muchos siglos las mujeres de la clase trabajadora no tuvieron ese lujo ni lo tuvieron las mujeres nómadas. A menudo mi madre habla sobre cómo dio a luz a su octavo hijo y tenía a los otros siete con menos de nueve años esperando la cena. Parió, se limpió y se puso a hacer la comida debido a que no había tiempo para quedarse acostada.

La mujer nómada necesitaría practicar el control natal de alguna forma para evitar esto, ya sea en la forma de abstinencia durante dos o tres años, plantas como el enebro reducen la posibilidad de la concepción (el enebro también puede provocar el aborto incluso antes de que sea consciente de que está embarazada), o el aborto activo una vez que su menstruación ha cesado. O, quizás una combinación de los tres.

Muchas plantas tienen propiedades de control natal. Muchas de ellas también pueden provocar abortos. Cualquier partera que valga la pena conocería la mejor combinación de plantas para terminar un embarazo. Podría haber edictos religiosos o legales en contra de ello, pero como en las calles de Londres durante el período de la regencia, las prostitutas y las sirvientas que eran usadas y abusadas por aquellos machos disolutos a menudo necesitaban un escape para protegerse del embarazo.

Boticarios y chamanes

Podría parecer extraño poner a estos dos juntos: uno se dedica a la ciencia de la medicación, mientras que el otro se dedica al conocimiento tradicional de las plantas; pero ambos son, de muchas formas, el mismo tipo de individuo. Estos son hombres que se encuentran, típicamente, en posiciones de poder. Por ejemplo, un boticario tiene algo de entrenamiento formal en medicina y es un miembro respetable de la comunidad. A menudo, un chamán es un líder espiritual y político, que guía a la comunidad y cuida de todos los aspectos de su salud.

Electuario de clavos de olor

Combina las flores del clavo de olor y una libra de azúcar disuelta en agua de rosas; espésala hasta que tenga la forma de una pasta y dale forma de tabletas. Tómala con las comidas. Tiene muchos efectos beneficiosos, incluyendo la excitación del apetito, alegrar a la persona, incrementar la fuerza del coito y refrenar el temperamento.[7]

Un boticario podría crear sus propios elíxires especiales que curarán todo lo que te aflige. Si eres muy afortunado, ¡la cura ni siquiera te matará! Los chamanes podrían tener relaciones especiales con espíritus o dioses que por un precio pueden sanar a los miembros de la comunidad.

En una ambientación de fantasía, los boticarios pueden estar trabajando con pociones de sanación, los chamanes haciendo tratos con demonios de poca monta, todo mientras la heroína languidece en agonía.

Aprovisionando el botiquín

Hay muchas posibilidades de que tu botiquín se parezca mucho al mío. Vendas de varias formas y tamaños, incluyendo un par de vendas elásticas para la rodilla aquejada de una vieja herida. Varios tipos de analgésicos en grados progresivos de fortaleza: extra-fuerte, mega-fuerte, y algunos restos de codeína de los que sabes que deberías haberte desecho cuando sanó tu espalda pero conservas para los días lluviosos. Jarabe para la tos, medicinas para el resfriado (para el día y la noche) y medicinas para los dolores de muelas están todos tirados juntos en una cesta para los males de medianoche.

En tiempos sin las farmacéuticas modernas, las personas no tenían el amplio rango de poderosos y potentes analgésicos que tenemos ahora. Los analgésicos potentes que tenían, como toda la gama de opioides, ofrecían un alivio maravilloso para el dolor pero tenían efectos secundarios desagradables como la adicción y las sobredosis. Sin embargo, hay algunos elementos específicos que estarán creciendo dentro y por los alrededores de la mayoría de las casas de campo y que estarán listos para ser usados durante emergencias. De ninguna forma esta es una lista exhaustiva, sino más bien una para ayudarte a comenzar.

Miel

A menudo la miel era almacenada en los castillos. De hecho, los suministros de comida se acababan antes de que lo hiciera la miel. Debido a que la miel es una comida, ¿por qué no se la estaban comiendo? Para evitar infecciones. La miel tiene una larga historia dentro del tratamiento de heridas. Las pruebas han mostrado que la miel es acídica y antibacterial, así que puede ser usada como una barrera contra de las infecciones.[8]

Cataplasmas y emplastos

Oh, los emplastos, la maldición de mi existencia. De niña me pusieron uno o dos emplastos en el pecho. Nunca funcionaron más allá de hacerme sentir más incómoda, pero otros juran que funcionan. Quizás, para comenzar, estás personas no estaban así de enfermas.

Los emplastos de mostaza son los tipos de cataplasmas más conocidos, aunque muchas personas los usan mal en sus historias (yo culpo a la televisión por esto). La pasta de mostaza no se aplica directamente sobre la piel debido a que puede provocar irritaciones severas. En vez de ello, la mostaza debe ser envuelta en una tela y entonces, la tela es puesta sobre la piel (la pasta en su interior) y se pone más tela para mantener todo el calor dentro.

Los pacientes que usan emplastos de mostaza podrían tener una reacción a esta y estornudar y toser, lo cual, si la persona está siendo tratada por una tos, podría ser tomado como una señal de que la cataplasma está haciendo su trabajo al sacar fuera la tos.

Pomadas

Las pomadas son cremas que son puestas sobre las quemaduras, sarpullidos y otras irritaciones de la piel. Estas podrían estar hechas sólo con los ingredientes que estén en la despensa. Las pomadas eran hechas de mantequilla, grasa de cerdo, sebo y/o lanolina (la grasa de la lana de oveja), con una pequeña cantidad de cera mezclada en su interior. Las pomadas de lanolina hacen maravillas con las manos y los labios agrietados.

Alcoholes fuertes

El ron y el brandi pueden ofrecer una cantidad significativa de alivio cuando la heroína tiene un problema pulmonar. El brandi mezclado con miel, jugo de limón y (opcionalmente) agua caliente, puede ayudar a suprimir lo peor de las toses, además de ayudar a que el enfermo duerma y tenga algo del muy necesitado descanso.

El licor medicinal debería ser guardado lejos de los suministros regulares de alcohol o, al menos, etiquetado para que todos sepan que es para cuando estén enfermos.

Infusiones de aceites y agua

Las plantas tuvieron diferentes usos. Algunas eran buenas para las infecciones de la piel, los dolores y las heridas, mientras que otras eran comidas o bebidas para aliviar estómagos revueltos, la infertilidad y la depresión.

Las infusiones de aceites eran hechas al hervir plantas y hierbas del jardín, o forrajeadas del borde del camino. Las infusiones de agua se hacían al hervir las hiervas y ponerlas en un alambique, donde el agua podía enfriarse y gotear lentamente dentro de una taza.

Medicinas preelaboradas

Muchos boticarios, así como también las mujeres sanadoras que conocían su oficio, hacían pociones, píldoras y otras medicinas. Estas podían estar hechas de miel y hierbas, tales como el aceite de salvia (para el dolor de las articulaciones) o algo más químico como el alcohol de romero para ayudar a combatir la influenza.

Es importante tener una buena comprensión de las hierbas y las plantas, incluso cuando compras medicinas preelaboradas. Toma como ejemplo esta receta destinada a detener las flatulencias excesivas:

Toma seis u ocho cucharadas de agua de menta poleo, echa dentro cuatro gotas de aceite de canela y bébela en cualquier momento del día, pero ayuna dos horas después.[9]

Suena bastante simple, ¿no? Cualquier cosa para acabar con ese sentimiento de hinchazón y presión. Por supuesto, la menta poleo es un medicamento abortivo. El aceite de menta poleo puede, y ha matado a lo largo de los siglos a muchas mujeres jóvenes que han intentado acabar con sus embarazos. Los tés y pociones que contienen menta poleo han sido usado como control natal. También es usado para terminar los embarazos.

Las heroínas steampunk también deberían estar alertas con las medicinas pre-empacadas. El opio era usado de forma regular en las medicinas victorianas, especialmente en las medicinas para la tos. Era usado debido a que funcionaba. He tenido neumonía y bronquitis un par de veces en mi vida y la tos es tan mala que una persona se arriesga a fracturarse las costillas. A menudo, cuando llegas a esa etapa, el doctor prescribe jarabe de codeína o incluso píldoras de codeína. La codeína ayuda a controlar la tos para que así el paciente pueda tener unas cuantas horas de descanso. Puedo ver el por qué se pensaría que los medicamentos con morfina serían incluso mejores, debido a que la morfina es mucho más fuerte que la codeína.

Desafortunadamente, la adicción a la morfina era un problema muy real en la época victoriana, así que tus heroínas necesitan ser especialmente cuidadosas con los medicamentos de la farmacia. Pero, una vez más, quizás una adicción al jarabe para la tos es la clase de cosa que estás buscando para ella. Si es así, sigue adelante.

Todos los derechos de este texto pertenecen a Krista D. Ball. Esta es una traducción sin fines de lucro con el fin de promocionar su obra.

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[1] Civitello, p. 62.

[2] Kershaw, Linda. (2004). Edible and Medicinal Plants of the Rockies. Edmonton, AB: Lone Pine Publishing.

[3] Montserrat.

[4] Markham, Gervase. (1656). The English Hous-wife. London.

[5] Montserrat, p. 31.

[6] Diamond, p. 89.

[7] Martinelli, p. 25.

[8] Medievalists.net (2011). The Sweet Side of War: The Place of Honey in Military Provisioning. Retrieved October 12, 2011, from http://www.medievalists.net/2011/09/28/the-sweet-side-of-war-the-place-of-honey-in-military-provisioning/.

[9] Roberts, Sheilah. (2010). For Maids Who Brew and Bake. St. John’s, NL: Flanker Press, p. 135.

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