
La historia en la que estoy trabajando justo ahora no importa. Eso suena un poco áspero, pero es cierto. Y he aquí el por qué.
Cuando tengo una nueva idea para una historia, puedo sentir la excitación esparcirse a través de todo mi cuerpo. Esto va a ser épico. Puedo sentirlo en mis huesos.
Unos días más tarde, comienzo a bosquejar. Y mi cerebro mete la pata. Oh, no.
¿Estoy listo para escribir esto en este momento? ¿Le haré justicia a la historia? Debería hacer más investigación antes de comenzar nada.
Paso semanas debatiendo estas cosas, haciendo pequeñas investigaciones hasta que finalmente me convenzo a mi mismo de comenzar a escribir.
El bosquejo crece, y con este, mi ansiedad. Me estoy encontrando con toda clase de problemas, cansándome de todo esto. ¿Quizás, después de todo, no era tan gran idea?
Para este punto, he terminado el primer borrador y lo dejo en eso. Estoy listo para trabajar en la siguiente idea brillante que reventará completamente mi cabeza.
Una cosa completamente diferente sucede cuando me pongo a escribir una historia por el placer de hacerlo: para practicar alguna técnica narrativa o experimentar con un nuevo género. Me centro en terminarla. Ignoro todos los pequeños detalles durante el primer borrador. No cuestiono mi habilidad para escribirla. Hago un par de rondas de edición para arreglar cuanto pueda, y ahí va.
Es un mundo de diferencia. Cuando te importa demasiado una idea, esto dificultará tu habilidad para hacer que funcione.
En vez de terminar historias, estás cuestionándolas, ponderándolas, debatiéndolas y agonizando. Con el tiempo, esto se acumula. Y tienes un problema.
Escribir es la definición de un juego largo. Los detalles no importan mientras que estés en la dirección correcta. No importa que uses demasiados adverbios o que tus descripciones sean repetitivas. Lo arreglarás con el tiempo.
Pero es un problema si no escribes a menudo debido a que te importan demasiado tus ideas.
La historia que estás escribiendo justo ahora no importa debido a que escribirás otra. Y, entonces, otra después de esa. Y, con el tiempo mejorarás, y todas tus futuras historias serán mejores que con la que estás obsesionado justo ahora.
Mientras más historias escribas, más práctica obtienes. Y más posibilidades tendrás de que una de ellas despegue.
La mejor cosa que puedes hacer es terminar la historia en la que estás trabajando y seguir con la siguiente.
El que te importen mucho es algo peligroso. Al menos, en lo que se refiere a la escritura.
Hola, soy Radek 👋. Soy escritor, ingeniero de software y fundador de Writing Analytics —un editor y rastreador de escritura diseñado para ayudarte a derrotar el bloqueo de escritor y crear una rutina de escritura sostenible.
Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez
Puedes seguirlo aquí en su blog de Tumblr.
Si te gustó esta entrada, puede que te interese seguir leyendo otros consejos de Radek que he traducido (clic aquí).
Deja una respuesta