Y las maneras discretas en las que puedes usarlas para mejorar tu worldbuilding o agregar otro lugar a tu ciudad donde podría haber material para una historia. También tenía intención de hablar sobre las murallas, pero decidí que estas merecían su propia entrada, así como también las ciudades amuralladas. Aunque nada de eso no evitará que aquí hable un poco sobre ellas.
Sé que algunos de ustedes estarán pensando en por qué le dedico una entrada a un detalle aparentemente poco importante de una novela de fantasía (y que no existe en algunos subgéneros de esta), pero hace unas semanas, mientras leía Wikipedia llegué a una entrada sobre el tema y me gustó bastante. Ya saben, esta será otra entrada en la que les hablo sobre el worldbuilding sutil que le da pistas al lector avispado de que sabes de lo que estás hablando y has hecho tu trabajo para agregar el toque de realismo necesario a tu historia sin abrumarlo.
¿Qué son y para qué sirven las puertas de las ciudades?
Obviamente, no son para que tus aventureros genéricos entren disfrazados por ellas sin que los tontos de los guardias los reconozcan y le muestres al lector lo fácil que es entrar por estas. No, las puertas de la ciudad son un asunto mucho más serio, especialmente cuando la guerra está cerca, hay una hambruna o una plaga rondando los territorios aledaños. Y, quizás sólo en los tiempos pacíficos los guardias aburridos de esta dejarían pasar a tus aventureros disfrazados, aunque después los reportarían a su jefe y se pasarían el resto del turno riéndose de esos idiotas.
Exactamente, ¿para qué sirven las puertas de las ciudades?
Las puertas de la ciudad forman parte del complejo amurallado que protege a tu ciudad o pueblo, así que su primera función es la defensiva (por lo que serían algo más que unos tablones de madera remachados con planchas metálicas). Pero debido a que esta función solo podía desempeñarla durante tiempos de guerra, la más común era la de controlar el tráfico que entraba o salía de la ciudad.
Así como también:
- Impuestos y control de mercancías. Los guardias de las puertas podían exigirte un impuesto por entrar a la ciudad, especialmente si llevabas contigo alguna clase de vehículo cargado con bienes. Así como registrar tus mercancías para comprobar que no estés introduciendo nada que este prohibido en la ciudad.
- Controles sanitarios. No tal y como los conocemos hoy en día, pero cumplían la función de evitar que cualquiera que no pareciera sano entrase a la ciudad, especialmente si existían brotes epidémicos en las ciudades cercanas o siquiera el rumor de ello (las epidemias son un tema muy serio dentro de las ciudades amuralladas). Así como evitar la entrada de mendigos y personas afectadas por otro tipo de enfermedades de la piel.
- Defensivo. Como ya mencioné, las puertas de la ciudad pertenecen a su complejo defensivo al formar parte de las murallas y ser los únicos puntos de acceso/salida. Esto las convierte, en tiempos de guerra, en uno de los principales objetivos del asalto de un asediador, por lo que, si esto es común, tendrán otras defensas instaladas además de una simple puerta.
- Informativo. Al ser los lugares de entrada a la ciudad, son un buen lugar para mostrar toda la información importante que debe conocer cualquier extranjero. Estas informaciones podían ser avisos públicos, las tasas de impuestos, qué tipo de moneda y medidas se usan o cuáles son sus leyes.
- Mostrar las cabezas de los ofensores de la ciudad. Esta bien puede ser un subconjunto de la categoría anterior, pero me gustaría resaltar su importancia. El colgar las cabezas de aquellos que habían cometido crímenes contra el gobierno informa al recién llegado de una manera más directa lo implacable que es el gobierno local con los delitos. Así como una forma de recordatorio-intimidación hacia los habitantes locales.
- Impresionar y mostrar el poder de la ciudad. Aquí el ejemplo perfecto sería la puerta de Istar, de la antigua Babilonia, la cual, además de sus funciones defensivas tenía la de mostrar el poder y riqueza de la ciudad. Estaba adornada con los animales mitológicos y era de un color azul que resaltaba mucho contra el entorno, un color que en esa época era difícil de conseguir transmitía un mensaje del tipo: “mira lo ricos que somos que nos permitimos gastar todo este lapislázuli para adornar una puerta de la ciudad.”
¿Cuántas puertas suelen tener las ciudades amuralladas?
Como con muchas cosas, aquí la respuesta puede variar dependiendo del nivel de importancia del pueblo o ciudad y los caminos que la crucen. Pero, como mínimo, siempre tendrá una y, en el caso de las capitales, pueden llegar a ser tantas como desee hacer ostentación el líder del reino.
¿Quién protege las puertas de la ciudad?
Normalmente, los miembros del ejército de la ciudad o las autoridades civiles, que podían ser los guardias de la ciudad (que son una especie de policía) o funcionarios públicos. El que encuentres el uno o el otro es una buena manera de mostrarle al lector de manera sutil el estado de la ciudad:
- Puertas custodiadas por militares y con estrictos controles sobre quién o qué entra, habla de una ciudad que se prepara para la guerra, cuyo gobierno teme una revuelta o la infiltración de espías enemigos.
- Puertas custodiadas por guardias de la ciudad, pero sin controles estrictos, hablan de una zona donde los conflictos son comunes, pero que en el pasado cercano no ha habido ninguno.
- Puertas custodiadas por funcionarios públicos y poca seguridad, podemos estar hablando de una ciudad que no ha sufrido ataques en un largo período de tiempo o se encuentra dentro de una confederación o imperio que ha gozado de una paz duradera. Y, aunque estos funcionarios pueden disponer de algún músculo para lidiar con los belicosos, tienden a no haber grandes incidentes.
Situaciones argumentales que podrían interesarte como escritor de fantasía
Con lo que te he explicado hasta ahora debes tener suficiente información para poder dedicarle un par de oraciones o un pequeño párrafo a la llegada de tus protagonistas a la ciudad y, a través de este, señalar el estado de la misma. Pero esto es sólo una parte de lo que les prometí al comienzo: formas en que las puertas de las ciudades amuralladas pueden convertirse en puntos de interés para la trama o ser lugares con el potencial para convertirse en uno.
Lugares perfectos para el tráfico de bienes
El contrabando de bienes, cualquier cosa que esté prohibida dentro de un lugar y tenga una demanda dentro de este, será un negocio lucrativo. Y los militares, guardias o funcionarios públicos que se encuentren a cargo de las puertas de la ciudad pueden ver una posibilidad de enriquecerse con este.
Es una realidad que históricamente los pagos de estos personajes nunca han sido demasiado altos y a menos que tengan un código moral o una ética de trabajo muy estricta, sentirán la tentación o serán contactados por algunos miembros del bajo mundo para realizar esta clase de operaciones. Incluso, pueden hacer un negocio redondo si en secreto entran en contacto con otros miembros corruptos de la guardia y les dicen hacia quién van dirigidos algunos de estos cargamentos para así detenerlos, apoderarse de ellos y venderlos a través de su propia red (claro, esto con mesura, para evitar que aquellos a quienes engañan se den cuenta).
En una fantasía de ladrones, tus protagonistas podrían acudir a uno de sus contactos en las puertas de la ciudad para que los ayude a entrar algún producto prohibido que necesiten. Un giro que puedes darle es que si lo que necesitan es tan peligroso que el guardia se niega a ser sobornado, pueden hacer pasar este producto por otra cosa.
Igualmente, puedes tener la historia de este contrabandista que trae cierta clase de productos a la ciudad que pueden ser empleados para cambiar la forma de pensar de las personas o incitar una revuelta. En este caso estoy asumiendo que el contrabandista sea un fanático de una religión o un agente de un gobierno rival.
Ahora se me ha quedado la idea de este contrabandista-agente que introduce a través de la puerta de la ciudad libros que ayudarán a que los ciudadanos aprendan la verdad/magia/o contengan las noticias sobre el mundo/guerra que el gobierno de la ciudad les ha estado ocultando. Bien podría salir un cuento de esto.
Lugares claves en los asedios
Además de ser los lugares donde el enemigo concentrará una buena parte de sus ataques con armas de asedios, las puertas de la ciudad también se usan para dejar salir incursiones/asaltos desesperados contra el enemigo durante la noche. Acciones en las que podría encontrarse tu protagonista, dependiendo del bando que defienda.
Además de esto, una de las batallas más épicas y desesperadas que podría luchar tu personaje es la defensa de una puerta contra del ataque enemigo. Pero no un ataque normal, sino uno donde hay una brecha en la puerta y han entrado invasores. Tu protagonista estaría luchando en lugar atestado, lleno de gritos, golpes mortales que puede no ver venir y cadáveres de compañeros o rivales que se mantienen de pie por la pura presión de la masa de hombres luchando. Y, a pesar de que es un infierno, no retrocederá, porque ceder una puerta a un ejército invasor puede significar el final de cualquier ciudad, especialmente si esta no tiene más murallas.
Esta batalla será, obligatoriamente, un punto crucial de tu libro, lleno de dramatismo y epicidad. Por lo que si tienes un asedio en tu novela y todavía no te has decidido cómo caerá la ciudad, esta es una manera que te sugiero probar.
Cuando la ciudad crece
Las ciudades son entidades vivas que tienden a crecer si prosperan. En estos casos, las murallas originales ya no son suficientes para contener a la población y es necesario construir un nuevo complejo amurallado con nuevas puertas que sustituyan a las antiguas.
Esto puede provocar que las antiguas murallas sean derribadas junto con sus puertas para reutilizar los materiales en las nuevas, algo común entre las ciudades no tan prósperas. Mientras que en el caso contrario pueden convertirse en las puertas de accesos a los distritos de la nobleza o marginales, que usan las antiguas puertas de la ciudad como puntos de control.
Otras veces pueden ser conservadas como curiosidades de un viejo esplendor o recordatorios de algún suceso que marcó la historia de la ciudad. Algo que un nativo de la ciudad podría señalarle a tu protagonista como una simple curiosidad. No más de dos líneas de diálogo para agregar profundidad a tu worldbuilding.
Mientras que puede suceder como en el caso de Rashomon, una de las antiguas puertas de Kyoto, que cuando la ciudad se expandió se convirtió en un lugar frecuentado por ladrones, centro del bajo mundo y donde era común que se tiraran los cadáveres resultantes de los ajustes de cuentas.
Un poco más largo de lo que pensaba, pero me animé a mitad del artículo. Espero que les sirva de inspiración y sino, ya tienen un poco de información sobre las puertas de las ciudades amuralladas y sus funciones, uno nunca sabe cuándo hará falta ese conocimiento ^w^’
La próxima entrada será incluso más larga, pero les estaré hablando sobre las armas y sus usos entre las primeras civilizaciones de nuestra historia. Cuídense y sigan leyendo.
Me quedo esperando el artículo de las murallas XD. Bueno este, es como dices, es buena info para meter en algunas líneas de diálogo.
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Gracias por leerlo, camarada. Ese veremos en cuanto lo hago, necesito una fuente de inf confiable para hacerlo.
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Muy interesante, las primeras «aduanas», además de la defensa de la ciudad, eran entonces.
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Gracias por leerlo ^w^ y sí, también eran aduanas, lo que mientras lo escribía no se me ocurrió mencionarlo. Gracias por mencionarlo.
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Muy bueno, realmente son detalles que pueden escaparse. Pero como dices da profundidad a la obra.
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Sí, estas últimas entradas las he estado trabajando al nivel de los pequeños detalles, el worldbuilding sutil, como lo estoy llamando. El tipo de cosas que tienes que leerte cinco páginas para terminar agregando dos líneas a tu historia.
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