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Relajación

Por: Angela Ackerman & Becca Puglisi

Traducción por: Celia M. Adán

DEFINICIÓN: estar a gusto; sin estrés.

Señales físicas:

  • Una sonrisa fácil.
  • Ojos entrecerrados.
  • Recostarse en una silla.
  • Recostarse en un sofá o en el suelo.
  • Apoyarse en el marco de una puerta o en la pared.
  • Colocar las manos detrás de la cabeza.
  • Una postura abierta.
  • Caminar despreocupadamente.
  • Repantigarse, andar desgarbado.
  • Meter las manos en los bolsillos.
  • Bostezar.
  • Manos que cuelgan sueltas a los lados.
  • Pies apuntando hacia fuera.
  • Músculos flácidos.
  • Dedos entrelazados, las manos reposando sobre el vientre (si se está acostado).
  • Manos apoyadas en el regazo.
  • Piernas cruzadas con un pie rebotando lánguidamente.
  • Estirarse, moviendo el cuello.
  • Tumbarse en el sofá, la silla o la cama.
  • Participar en actividades relajantes.
  • Escuchar música relajante con los ojos cerrados y la cabeza inclinada.
  • Gestos sencillos (acariciar la mano de alguien, frotar su espalda, dar un ligero abrazo).
  • Hablar sin prisas.
  • Conducir por debajo del límite de velocidad.
  • Despreocuparse de los acontecimientos externos.
  • Volverse algo desatento.
  • Actuar como si se tuviera todo el tiempo del mundo.
  • Quedarse dormido viendo la televisión o tumbado junto a la piscina.
  • Dormir profundamente y despertarse renovado.

Sensaciones internas:

  • Músculos relajados.
  • Respiración constante y uniforme.
  • Una sensación general de salud y bienestar.
  • Un sistema inmunológico mejorado.

Respuestas mentales:

  • Un intento deliberado de no dejarse perturbar por los acontecimientos externos.
  • Permitirse fantasear.
  • Deseo de que la sensación continúe.
  • Falta de urgencia.
  • Claridad de ideas.
  • Sensación de equilibrio.
  • Sensación de placer, placentera.

Indicios de relajación aguda o prolongada:

  • Pereza.
  • Rechazo a participar en algo extenuante o potencialmente estresante.
  • Egoísmo.
  • Pensamiento confuso.
  • Sueño excesivo.
  • Inquietud.
  • Deseo de volver a hacer algo estimulante o desafiante.

CONSEJO PARA EL ESCRITOR: En la vida, la relajación es buena, pero en una historia es una señal de falta de conflicto. Si tu personaje está relajado, asegúrate de introducir un catalizador para que no permanezca así demasiado tiempo.

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