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Limyaael 419 Antihéroes

Autor: Limyaael

Traductor: José Alejandro Cantallops Vázquez

Unas cuantas personas me han pedido una diatriba sobre los antihéroes. Esta es una colección de pensamientos organizados de manera suelta alrededor de ese tema.

1) ¿Ambigüedad moral o no?

Supuestamente, un antihéroe es alguien que es un personaje principal en una historia y aun así realiza acciones moralmente ambiguas —o al menos acciones que no tienden a encajar bajo lo que un lector piensa como “heroico.”

¿Así que qué sucede si un “antihéroe” solamente mata a las personas que han mostrado merecerlo completamente, o si su uso de la tortura es precedido por siete discusiones que muestran (al menos para el autor) por qué está justificada en este caso, o si alardea de que no le importa nadie y aun así se preocupa por un niño huérfano tan pronto como tiene la oportunidad?

No pienso que esos sean antihéroes. Pienso que son protagonistas normales que el autor está intentando amortiguar, como generalmente hacen los autores, para que nunca cometan un error.

Si tienes a un antihéroe que quieres hacer moralmente ambiguo, tienes que abandonar la mayoría de las justificaciones morales. Un antihéroe bien puede haber establecido su propio código moral, pero no va a encajar con la definición usual del “bien.” Y sus acciones corren el riesgo de ser cuestionables; de otra manera, el autor solo está coqueteando o burlándose de la audiencia con el espectro de la inmoralidad.

Consideraría a Rolan Deschain, de la saga de la Torre Oscura de Stephen King, un antihéroe durante al menos las partes iniciales de la saga, debido a que no deja que nada se meta en el camino de su búsqueda de la Torre Oscura. La narrativa pone un obstáculo en su camino que la mayoría de los autores usarían como una oportunidad para demostrar la compasión innata del protagonista; Roland no muerde el cebo. (Aquí estoy evitando los spoilers, pero si has leído El Pistolero, sabes a lo que me refiero). Por otra parte, no pienso que Locke Lamora, de la saga de Scott Lynch, sea un antihéroe, debido a que la justificación de sus acciones está cuidadosamente plantada en la narrativa. Aunque es un ladrón, solamente roba a los nobles que lo “merecen.” Cuando se vuelve violento, es por el bien de sus amigos. Etcétera.

Así que considera. ¿Exactamente cuál es el grado de ambigüedad moral que le vas a permitir a tu antihéroe? ¿Es complejidad real o solo una manera de escapar sin ser castigado de acciones que se ganarían una desaprobación severa en el mundo real? ¿Es realmente una opción entre dos males, o una opción entre un mal y una correcta mínimamente disfrazada, con el personaje siempre escogiendo la correcta? ¿Si el personaje clama perseguir una ética de interés propio o escoger el bien mayor para las grandes masas, realmente lo hace, o se sobresalta cuando llega el momento de ponerlo a prueba? (Aunque a pesar de la filosofía del bien mayor para las masas, pienso que sería más interesante ver un personaje de fantasía que realmente la lleve a sus extremos lógicos. Aunque, cuando aparece, casi siempre significa rescatar a los héroes del libro, mientras que los mentores orientados hacia el sacrificio o guardianes asesinados son personajes laterales sin importancia).

2) ¿De qué rasgos carece tu protagonista?

Para un antihéroe, pienso que esto es al menos tan importante como decidir que son realmente. De otra manera, terminarás teniendo a un héroe en el momento que dejes de mantener un ojo sobre los pequeños tontos.

Por ejemplo, aquí hay una lista de algunos rasgos que los héroes de fantasía a menudo tienen:

  • Valor.
  • Compasión por todos a su alrededor.
  • Una mente abierta (esto se relaciona al hecho de que un héroe/heroína abiertamente racista/sexista son muy raros, incluso cuando encajarían mejor dentro de su cultura).
  • Conducido a lograr algún objetivo que no es simplemente personal (la ambición personal es Mala).
  • Una convicción que no valen o son inadecuados para ser escogidos para la tarea o cualesquiera honores hayan ganado (de igual manera, el egoísmo y la autoestima son Malos).
  • Habilidosos a la hora de hablar, incluso cuando piensan que son tontos.
  • Vínculos personales muy fuertes, tales como la amistad y aventuras amorosas.
  • Lealtad.
  • La habilidad de realizar lo (aparentemente) imposible.
  • Un desagrado por el cambio, debido a la cantidad de héroes que terminan restaurando el status quo “bueno” al final de la historia.
  • Sensaciones exageradas de angustia y culpa.

Así, digamos que pasas a través de esa lista y decides que tu antihéroe va a ser un cobarde, extremadamente egoísta, incapaz de convencer a las otras personas de unirse a su lado solamente con las palabras y propenso a traicionar a las personas cuando trabaja. Y se mantiene fiel a esas características. No es leal a nadie que no pueda beneficiarla, escapa de las peleas, abandona el objetivo de un grupo para concentrarse en el suyo propio, y no es una oradora elocuente; simplemente da dinero para contratar ayuda.

Ya puedes ver que esta va a ser una historia muy diferente que una sobre una heroína completamente heroica, o incluso una sobre una heroína que comienza a pensar que es egoísta y entonces cambia de mentalidad a mitad del libro, generalmente cuando adopta un niño.

El truco es mantener a la audiencia interesada, debido a que una cosa que realmente hacen los antihéroes es hacer que algunas personas se vayan.

3) Haz que le gusten sus otros rasgos.

Muchos antihéroes tienen sentidos del humor negro y astuto que les permite tomar venganza de sus enemigos, debido a que eso los hace más divertidos de leer. Y definitivamente, si estás escribiendo sobre un antihéroe, especialmente uno cuya carrera lo pone en peligro muy a menudo, podrías hacerlo peor que esto.

Pienso que una persona ordinaria y limitada también hace un buen antihéroe. No tiene la magia asesina o las increíbles habilidades con las armas que a menudo sacan de los problemas a la heroína normal. Puede que tampoco sea capaz de hablar dulcemente y salir del problema. En vez de ello, tiene que averiguar qué cosa dentro de su poder puede ofrecerle a sus captores cuando es lanzada dentro de una celda de prisión y le dicen que la ejecutarán mañana en la mañana. Este ejercicio es bueno para el cerebro del autor, debido a que lo saca de los caminos “heroicos” normales, y es bueno para la audiencia, así que pueden ver qué cosa inteligente sacará el autor a continuación.

O puedes tener a alguien que es un excelente psicólogo, en el sentido del término de “leer a las personas.” Ella podría salir de los problemas, sobrevivir y castigar a sus enemigos al manipular a las personas, poniéndolos unos contra otros, y destruyendo las relaciones desde el interior debido a su conocimiento de los temores y celos de los compañeros.

Los antihéroes no son personas muy agradables, pero aun así pueden ser interesantes.

4) Has a este antihéroe un ciudadano normal de su cultura.

Digamos que has construido una cultura de fantasía con muchos grandes logros artísticos y científicos, pero todavía no es una utopía, y no mantiene demasiados de los ideales animados por el liberalismo occidental. (Nótese que dije “ideales,” no “realidades”). Así que tienes esclavismo, o una persecución y discriminación abierta en contra de una minoría racial, religiosa o lingüística, o una clase de guerra constante. Los héroes de fantasía generalmente luchan para cambiar esto —no mediante revoluciones como tal, sino al restaurar algún status quo antihéroe, como un reino legendario, donde las cosas eran mejores para las personas.

Un antihéroe de fantasía podría existir tan felizmente en esta cultura como un pez en el agua, y poner problema para cambiarla. Después de todo, ¿por qué cambiarla? No está siendo dañado, y no lo están siendo sus intereses o las personas cercanas a él, y eso es todo lo que importa, ¿no?

Pienso que la clave para escribir una historia como esta, en vez de una simplista donde los rebeldes son los héroes y los defensores del status quo son los villanos, es hacer sonar las justificaciones de los defensores del status quo familiares y razonables. He encontrado una muy buena fuente de argumentos como este al escuchar a los ciudadanos americanos discutir sobre ayuda exterior, escuchando a los blancos discutir sobre el racismo, y escuchando a los hombres discutir sobre el sexismo. Aprende cómo funcionan esos argumentos; entonces dáselos a tu antihéroe. Has conseguido una persona que puede hacer cosas bastante horribles y aun así dormir tranquilo consigo mismo, debido a que la estructura de sus creencias suena convincente.

5) Dale otra perspectiva.

El problema con escribir solamente desde el punto de vista del antihéroe, especialmente si es en primera persona, es que puede sonar como si el antihéroe realmente es un héroe. (No ayuda que a menudo el autor tiene el impulso que mencioné encima, para acolchonar al protagonista en contra de cometer errores, y que a menudo la audiencia está ansiosa de identificar al personaje central como estando en lo correcto no importa lo que haga).

Así que escribe desde otra perspectiva. Escribe también desde un punto de vista heroico, pero has al héroe un personaje menor en vez del protagonista. Cuando el antihéroe infringe la lepra mágica a una persona que lo insultó una vez, esa perspectiva está ahí para recordarle al lector como alguien fuera de la cabeza del antihéroe podría ver esa represalia en particular (eso es, como estar completamente por encima de todo).

6) Atrofia ciertas respuestas emocionales.

En el caso de la lepra mágica, las respuestas atrofiadas serían la reflexión y el horror. Cuando una heroína podría querer castigar a alguien con una enfermedad por insultarla, pero entonces se detendrá, reflexionará y estará avergonzada de sí misma, el antihéroe lanzará el hechizo y seguirá con su rutina normal, quizás no sintiendo nada excepto una satisfacción tranquila.

Pienso que los antihéroes tienen que ser menos introspectivos que los héroes, debido a que de otra manera la tendencia natural es a mostrarla viniendo de otros puntos de vista y cuestionándose a sí mismos, y eso lleva casi a una historia donde inevitablemente ya no son más antihéroes. Probablemente también carecen de respuestas profundas de horror, terror, exaltación, amor y otras emociones dramáticas que blanden muchos autores de fantasía. Por supuesto, todavía pueden sentir miedo, gozo y amor. Pero esas emociones no gobernarán sus vidas al punto de llevarlos a hacer lo imposible o a un riesgo imposible mientras ignoran su seguridad personal, la combinación de rasgos que generalmente gobiernan cuando el héroe de fantasía está realizando algún acto heroico.

Intenta escribir un personaje menos introspectivo. Es un desafío interesante, especialmente si has estado acostumbrado a escribir personas que pensaban y hablaban más que hacían cosas. Si quieres escribir un antihéroe introspectivo, entonces pienso que necesitarás unos argumentos que sonarán más razonables que a los que me referí en el punto 4: él o ella tendrá que tener alguna razón para ser capaz de vivir con lo que ha hecho cuando las otras personas en la sociedad a su alrededor las desaprueban.

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